sábado, 29 de marzo de 2014

Zombies, brujería, el bautizo del dinero y el Capital.

"Ahora comprendo que lo que hace tan egoísta a los papalangis [los europeos] es el dinero." Jefe de las Islas Tonga.

"Ko Maro Kai atu
Ko Maro Kai mai
Ka ngohe ngohe"
"Da tanto como tomas y todo irá muy bien." Proverbio maorí.

Estudios recientes señalan el incremento de las acusaciones de brujería en zonas de África Central y Sudáfrica. Las acusaciones de brujería parten de la creencia de que una fuerza supranatural y la acumulación de riquezas tienen cierta relación. Pero lo que más motiva estas acusaciones es la quiebra de la moralidad compartida: la negativa de estos nuevos ricos a redistribuir entre sus parientes y vecinos.

En su estudio de la brujería djambe del Maka, Peter Geschiere describe la
aparición de un nuevo tipo de hechicería como "sorprendentemente similares a los temas capitalistas".  

"Hablan de las brujas como empresarios que están siempre en alerta y listos para apropiarse de nuevas riquezas y poderes." 

"Los brujos africanos son convertidos en la personificación de los productos caprichosos, las sirenas de los deseos egoístas."  

La gente habla indistintamente de mágicas "brujas" y los ricos "grandes hombres" que "comen" las almas de la gente: la consumición de almas se cree que está impulsada por un apetito por el dinero, un hambre desatada por el colonialismo europeo.

Estas narrativas recuerdan a los cultos cargo melanesios y su necesidad de explicar las razones de todos estos bienes y las desigualdades sociales que acarrea.

Los melanesios tenían una creencia local en la que los antepasados podían regresar en cualquier momento desde el más allá cuando las cosas iban mal y restablecer justicia terrenal, como grandes hombres redistribuyendo y compartiendo las riquezas que habían acumulado en el más allá. Con la llegada de distintos pueblos colonizadores se dio lugar a otro nuevo enfoque de esta creencia: eran los blancos los que se apropiaban de todos estos bienes de sus antepasados, pero no los redistribuían como era debido, únicamente lo hacían a través del cargo (palabra pidgin que significa manufacturas comerciales). Con esta creencia, simplemente intentaban buscar la respuesta a esa capacidad de los blancos de obtener bienes sin trabajo y de reinstaurar la moral de la antigua redistribución... que ya desaparecía.

Josep Martí, antropólogo, apostilla:  "No es tan solo en el sentido de querer explicar el porqué de las desigualdades de la riqueza, sino de las fuerzas emocionales: miedo ante el ansia de poder o la desgracia inesperada.(...)" 

Lo mismo ocurre con la creencia sobre los zombies. Edwin Ardener, que en 1963
estudió a los bakweri en Camerún, escribió que "la palabra zombie significa "dar en prenda o empeñar"". Así, en las nuevas condiciones de una economía de plantación, se creía que los parientes se convertían en peones o prendas para que unos pocos pudieran obtener riqueza.

Y cuenta una anécdota sobre esto:
"Se corrió el rumor de que los ancianos habían ordenado que el dinero no debía ser recogido del suelo, ya que estaba disperso como un señuelo para atraer a los hombres a la orilla del agua. Allí, los "franceses" los usarían para obligarles a trabajar como zombies en un nuevo puerto de aguas profundas, o utilizarlos para apaciguar a los espíritus del agua. Desde hacía algunos meses era común ver las monedas y hasta billetes de bajo valor sobre las calles de la capital."  

"Lo asombroso de las zombificaciones de Haití" explica el antropólogo Nigel Barley, "es lo poco que se parecen a las creencias africanas sobre los zombies." Y es que los haitianos no piensan que los zombies son los que trabajan para los colonos, sino el egoísta que goza de un éxito notable a expensas de sus parientes. Recordemos que la de Haití es una sociedad que consiguió la libertad por una rebelión de esclavos.

Otro ejemplo del uso de la brujería con el fin de explicar la extraña riqueza creada por la economía moderna y el egoísmo que causaba, es el que cuenta M. Taussig. Había innumerables rumores en el valle del Cauca de que algunos jornaleros sin tierra y asalariados de las plantaciones, pactaban con el diablo la productividad y los ingresos, aunque morían prematuramente tras una agonía. Además, con el dinero no se podía comprar tierras o animales, porque la esterilidad del dinero se transmitía a la naturaleza y todo lo que con él se compraba dejaba de ser fértil. Sólo se podía gastar en un consumo inmediato e improductivo de mercancías lujosas, ropas finas, licores o tabaco.

Los campesinos que seguían trabajando sus parcelas no deseaban hacerse asalariados de otras tierras, nunca hacían pactos con el diablo por no perder las cosechas de una tierra que se volvería esteril; tampoco las mujeres, que dejarían de tener hijos.

Existe otra creencia paralela. Existen algunos padrinos que durante la ceremonia del bautizo, sin que nadie más que ellos mismos sean conscientes, cuando el sacerdote va a imponer el nombre al niño a la niña, oculta en su mano un billete doblado que será quien reciba el nombre. El niño, sin haber recibido el sacramento, nunca irá al cielo si fallece, pero el billete quedará fértil, y siempre retornará al dueño, aportándole mucho más dinero. Para ello, antes de pagar, tendrá que llamarle por su nombre al billete y preguntarle tres veces "¿te vas o te quedas?" sin que nadie lo oiga.

Este bautizo del billete tiene también como sustrato la nueva idea de un capital que crece y se multiplica. El dinero es estéril, no es parte de la naturaleza, por lo que no se puede crear dinero a partir de dinero. La fertilidad, el sagrado poder de reproducción, está solamente en la naturaleza, en los animales y las personas, no en un medio de cambio como el dinero. 

También según Aristóteles, el dinero es estéril y el interés es una ganancia ilegítima. Es tal la importancia de este planteamiento que, siglos más tarde, Santo Tomás de Aquino lo hizo suyo, y de ahí en adelante la iglesia Católica, la cual rechazó el préstamo de dinero con interés hasta el siglo XIX. Esto permite explicar, además, que hayan sido principalmente los judíos quienes se dedicaron a la actividad bancaria.

Según el pensamiento económico medieval, el interés (obtener dinero del dinero) no es algo natural (porque el dinero es estéril) y no procede del trabajo. Por eso se le considera éticamente reprobable. El beneficio solamente es legítimo si procede del trabajo, no del capital.

Esto recuerda a la explicación de un jefe de las islas Tonga cuando oyó a un

blanco ensalzar las virtudes del dinero:
Dijo: "Si estuviese hecho de hierro y pudiese transformarse en cuchillos, hachas y escoplos, tendría cierto sentido atribuirle valor; pero tal y como es, no le veo ninguno. [...] Ciertamente, el dinero es mucho más manejable y más cómodo, pero como no se estropea guardándolo, la gente lo atesora en lugar de repartirlo, como un jefe debiera hacer, y así se vuelve egoísta; mientras que si las provisiones fuesen la principal propiedad del hombre, como tendría que ser, puesto que son lo más útil y necesario, no las almacenaría porque se le estropearían, y así se vería forzado o a intercambiarlas por alguna otra cosa útil o a compartirlas con sus vecinos, jefes inferiores y subordinados, gratuitamente. Ahora comprendo que lo que hace tan egoísta a los papalangis [los europeos] es el dinero.""
Wetiko es una palabra algonquina para un espíritu canibalista que devora el espíritu vital de los demás para el propio beneficio (en el idioma obijwa se denomina windingo y, en el powhatan, wintiko). Eran símbolo de la codicia, el exceso y el consumo egoísta: la idea de consumir a otros, humanos y no humanos, como un medio para asegurar la riqueza personal y la supremacía. Además, creaba un deseo antinatural de más canibalismo y la víctima terminaba con un "corazón helado", es decir, sin capacidad de empatía y compasión. En su libro clásico "Colón y otros caníbales", el historiador y académico nativo americano Jack D. Forbes  describe cómo entre muchas comunidades indígenas de Norteamérica era común la creencia de que los colonialistas europeos estaban infectados de una forma tan generalizada y crónica de wetiko que debía de ser una característica definitoria de la cultura de la que procedían.

Para Forbes, mirando la historia de esa cultura, se hacía obvia una conclusión: “Trágicamente, la historia del mundo en los últimos 2000 años es, en gran parte, la historia de la epidemiología de la enfermedad wetiko”.

“No es lógico permitir que los wetiko s realicen sus actos malvados y luego acepten su valoración de la naturaleza de la vida humana. Porque después de todo, los wetiko poseen un sesgo creado por sus propias vidas malvadas, por su propio comportamiento amoral o inmoral. Y también, si estoy en lo cierto, también estaban y están locos".

 “Una de las características trágicas de la psicosis del wetiko es que se propaga en parte por la resistencia a ella. Es decir, aquellos que intentan luchar contra el wetiko a veces, para sobrevivir, adoptan valores de wetiko . Por lo tanto, cuando ganan, pierden "

Manel Loureiro escribió su primera novela, Apocalipsis Z, un thriller sobre zombies en un blog en internet. Debido al gran éxito que alcanzó, fue publicado convirtiéndose automáticamente en un éxito de ventas, por delante de Stephen King. Él mismo explica su éxito:

"Los zombies suelen ponerse de moda en tiempos de crisis. Nos sentimos identificados con ese monstruo porque es lo que tememos nosotros de las crisis, el perder nuestra identidad" "También las historias de fantasmas, porque buscamos nuestros orígenes, en situaciones de crisis nos replanteamos quienes somos, de donde venimos, a donde vamos..."

Van Binsbergen hace una sugerente distinción entre la esclavitud y el trabajo asalariado. En la esclavitud, todo el ser de una persona está alienada, de modo que una persona se convierte en la propiedad de otro y deja de existir como sujeto legalmente autónomo. En el trabajo asalariado, sin embargo, sólo la parte de la vida de una persona que se vende como "trabajo" está alienado. La persona sólo le da una porción de su vida - es decir, de su ser - a cambio de un símbolo de esa porción. 


Pero este símbolo, que es el dinero, luego alcanza un poder subjetivo, por lo que al final determina la vida de las personas cuya actividad representa. 
Una economía monetaria como es la nuestra, es aquella en la que las personas se rigen por una representación fetiche de sí mismos (el dinero). Las economías de mercado se rigen por este muerto fantasmal, (pero activo sobrenatural) poder llamado dinero.


"Felizmente" recordó el antropólogo Marcel Mauss "no está todavía todo clasificado en términos de compra y venta. Las cosas todavía tienen un valor sentimental además de su valor venal (...). Tenemos otras morales además de la del mercader; todavía hay gentes y clases que se conservan en las costumbres de otros tiempos, costumbres a las que todos nos sometemos, al menos en algunas épocas o en algunas ocasiones."


Fuentes:
Nigel Barley, "Bailando sobre la tumba"
"El bosque de las gracias y sus pasatiempos. Raíces de la antropología económica" Paz Moreno Feliu.
"An Account of the Tongan Islands in the South Pacific Ocean." William Mariner,
"Witchcraft, Economics, and the Continuity of Belief", Edwin Ardener,
"The Modernity of Witchcraft: Politics and the Occult in Postcolonial Africa trans." Peter Geschiere.
http://digital.csic.es/bitstream/10261/8225/1/Jornades12_Marti%C3%8C%C2%81.pdf
Cooper, JM "La psicosis Cree Witiko" en Primitive Man, vol. 6, núm. 1 (enero de 1933), págs. 20-24: Instituto de Investigación Etnográfica de la Universidad George Washington.
 

sábado, 22 de marzo de 2014

Prácticas y actitudes sexuales en las culturas del mundo.

Mujer de la Isla Salomón. Foto censurada 
por Blogger, la origina aquí: 
http://24.media.tumblr.com/
92ef9c8fc71b03c60549730bf425cd4d/
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“Todos conocemos bien los impulsos sexuales, pero hay formas muy diferentes de disfrutarlos” Helen Fischer, antropóloga.


En un estudio transcultural realizado por G. J. Broude y S. J. Greene sobre 186 sociedades y referente a 20 prácticas y actitudes sexuales, se desvela que el 37,8% de ellas considera el sexo y la actividad sexual como algo absolutamente natural y normal. Para un 10,8%, sin embargo, existen ciertas limitaciones que dependen del grupo de personas del que se trate. Un 18,9% de los sujetos investigados ve en la práctica del sexo algo absolutamente arriesgado, y un 27% lo llega a considerar peligroso si no se adapta a las condiciones establecidas (tiempo, lugar, técnicas, etcétera). El 5,4 por ciento restante justifica su actividad sexual con algún tipo de compensación, como, por ejemplo las purificaciones rituales.

¿Quieres conocer algunas? (Muchas más en: http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/2013/01/ritos-sexuales-y-amorosos-en-las.html)


En Islas Solomón, los etnógrafos escribieron sobre la nula segregación formal de los sexos, y en ningún período de la vida. Las jóvenes inmaduras a veces tenían relaciones sexuales con hombres mayores, los niños se provocaban erecciones, las niñas se masturbaban sin ser reprimidas y las mujeres jugaban con plátanos o raíces del tamaño adecuado. Durante las fiestas de primavera, las chicas bailaban mostrando sus genitales.

Entre el pueblo nuba masakin de Sudán, el amor es libre y se considera una actividad refinada, unida a la música y a la danza. La seducción por el olfato entra dentro del ritual de cortejo, pues las jóvenes, durante las fiestas, ofrecen sus genitales a los muchachos para que los huelan y, de esa forma, conquistarlos. Cada chica elige un joven apoyando la pierna sobre su hombro; él no puede mirar, solo oler los genitales. Una vez que ellas han elegido, ellos entran en una cámara amatoria por un orificio de 35 cm y hacen el amor.

Los hombres chuuk, un grupo de islas al Suroeste del océano Pacífico, introducen un palo tallado, que es como su DNI, entre las paredes de la cabaña hasta rozar el cabello de la mujer dormida. Ella despierta y toca con los dedos las muescas de la madera para reconocer a su dueño. Si el candidato le apetece, tira del palo para invitarle a entrar en la cabaña, o para indicarle que se va a encontrar con él en la noche. En caso contrario, empuja el palo hacia fuera de la choza y el dueño se ve obligado a probar en otro lugar. Está muy presente todavía el llamado wech (también lo llaman chifiti), técnica sexual que consiste en excitar el clítoris mediante la frotación con la punta del pene hasta la llegada al orgasmo por parte de la mujer. Pero quizá lo más interesante es que el tamaño importa, pero el femenino. Unos labios menores (fiir) grandes son un importante icono cultural. Las mujeres también basan su belleza en el vello púbico: cuanto más abundante y oscuro sea, mejor.
 

Los asmat de Papúa, Nueva Guinea constituyen una sociedad básicamente patriarcal. Las mujeres han de demostrar abatimiento y sumisión durante la ceremonia de la boda, y las relaciones sexuales entre marido y mujer no están permitidas desde el comienzo del embarazo hasta que el hijo camina. Las muestras de afecto entre hombres y mujeres son extraordinariamente raras.

En "Guardians of the Flutes", el antropólogo Gilbert Herdt escribe una monografía inicial de lo que él denomina la “homosexualidad ritualizada” entre los sambia, una tribu de los altiplanos orientales de Papúa, Nueva Guinea. Para los sambia, el proceso de convertirse en hombres, hacia los siete años de edad, empieza por un proceso de masculinización ritualizada que se completa únicamente cuando el joven tiene un hijo.

Este proceso se inicia con una serie de prácticas ritualizadas destinadas a purgar el cuerpo masculino de los efectos contaminantes y feminizantes del contacto con las mujeres.

Para empezar, los niños deben autoinducirse el vómito y la defecación y, así, purgar comida que pertenezca a la madre y que se encuentre en el cuerpo masculino. En segundo lugar, se lleva a cabo una práctica de sangrado por la nariz para retirar la contaminación de sangre menstrual que haya quedado en el cuerpo masculino. Más adelante vienen los “ritos de ingestión”; el más importante, el de la felación. Los hombres sambia creen que sin la ingestión diaria de semen, el cuerpo del niño no madurará en el de hombre y podría marchitarse y morir. Por consiguiente, las inseminaciones repetidas crean una reserva de masculinidad.


 No son los únicos: los Kuks, los Tchetchai, los Sambia y los Etoro también tienen este rito, siendo anal entre los Kimam y los Kaluli, en la región Auya, entre otros. Entre los Onabasulu se centra en la masturbación y la diseminación del semen en el cuerpo del joven.
 "Maurice, si no iniciáramos a los chicos, los poderes que nuestros antepasados arrebataron a las mujeres volverían a sus cuerpos" le dijeron al antropólogo Maurice Godelier. "Era claro y genial" cuenta él. "Quería decir que ellas seguían siendo peligrosas potencialmente, porque eran más creadoras. En el fondo de la dominación estaba el miedo de los hombres ante la superioridad de las mujeres."

Thomas Gregor estudió a los Mehinaku de la Amazonía de Brasil. "Conseguir buenos pescados es aburrido, pero el sexo es siempre divertido" "El sexo es la pimienta que da vida a su servicio" de todas Formas, para los Mehinaku, el sexo termina cuando el hombre eyacula. Ni siquiera tienen expresión o palabra para el orgasmo femenino.

Las mujeres ¡kung del Kalahari, sin embargo, demandan su orgasmo cuando el hombre ya ha acabado. Sostienen que si una chica crece sin sexo regular, perderá su mente y terminará comiendo hierba hasta morir. Parece que no practican el sexo oral, pero tanto hombres como mujeres se masturban enérgicamente. 


Según Verrier Elwin, entre los muria de la India "dicen que el pene y la vagina son "nat ki hassi", es una "relación bromista". El sexo es una gran diversión ... es la danza de los genitales, es un vaivén de éxtasis en los brazos de la amada. Debería no ser demasiado intensa; no debe ser degradado por la posesividad ni contaminado por los celos" Y escribe que un proverbio muria dice: "La mujer es la tierra, que el hombre no puede arar"
 
Los dani de Nueva Guinea también creen que las relaciones sexuales les
debilitan, por lo que tardan dos años en tenerlas después de la boda, y cinco años después del nacimiento de un hijo. Los hombres guardan celosamente su virilidad viviendo para ello en cabañas separadas de las mujeres, teniendo relaciones sexuales de manera puntual, aunque son practicantes de la poligamia. Las mujeres suelen tener un hijo cada 5 ó 6 años, llegando a tener 2 en toda su vida.

Los etoro, igualmente consideran muy peligroso el sexo y se limitan a usarlo únicamente para la reproducción. Está prohibido el coito entre hombres y mujeres entre 205 y 260 días al año. Fuera de ese período, también está mal visto, e incluso puede llegar a ser fuente de sanciones.
 

En "La vida sexual de los salvajes", el antropólogo Malinowski contaba que los adolescentes del archipiélago Trobriand (en Papua, Nueva Guinea) tenían a su disposición una casa de solteros en la que acostumbraban a intercambiar sus parejas todas las noches. La sexualidad se vivía desde muy temprana edad, pues consideraban que no existe relación entre ésta y los embarazos en las mujeres, ya que se creía que eran fecundadas cuando un niño-espíritu se introducía, trepando, en su vagina. El padre sólo ensanchaba el camino.

Por eso, a las niñas se les permitía tener su primera experiencia sexual entre los seis y ocho años de edad, y a los niños entre los 10 y 12 años. No estaba mal visto tener muchas parejas sexuales antes del matrimonio, aunque sí se consideraba tabú, curiosamente, compartir la comida.

Cuando una niña tiene entre 13 y 15 años en la tribu Kreung de Camboya sus padres le construyen una casita alejada de la casa principal a la que llaman “choza de amor” para que las chicas puedan tener todo el sexo que quieran mientras buscan a una persona con quien quieran pasar su vida.

Si una chica siente interés por un niño lo puede invitar a su choza, donde si ella lo decide pueden tener relaciones sexuales. La decisión es enteramente de la niña, e invitar a alguien a su choza no automáticamente significa sexo, algunas parejas solo conversan para conocerse mejor o duermen.
Por las mañanas los chicos se tienen que ir antes de que amanezca, pues solo las parejas comprometidas pueden ser vistas juntas en público.
Por las mañanas los chicos se tienen que ir antes de que amanezca, pues solo las parejas comprometidas pueden ser vistas juntas en público, - See more at: http://eju.tv/2014/12/camboya-construyen-habitaciones-para-que-sus-hijas-tengan-sexo/#sthash.AUdWMu2K.dpuf
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Los varones lepcha que forman un grupo étnico que vive en Sikkim, India, miden su virilidad por la cantidad de eyaculaciones que pueden llegar a tener con su pareja en un solo día. De acuerdo a las estadísticas, se estima que el promedio puede oscilar entre 5 y 10 descargas por día. Es por esta razón que fomentan las relaciones sexuales desde la pre adolescencia.Entre los sakalaves de Madagascar ven normal la homosexualidad ya que da paso al conocimiento profundo de la raza humana en todos sus sentidos. Los llamados sekatra son los "escogidos" desde niños en función de su débil o delicada apariencia y llevados junto a las niñas. Está mal visto que la mujer vaya virgen al matrimonio, por eso, se desflora a si misma, con el fin de ir preparada a la ceremonia.

Las tumbas de los sakalava son algunas de las más famosas porque tradicionalmente estaban ornamentadas con unas tallas de madera de contenido erótico, que por desgracia han sido intensamente expoliadas.




"Anxious pleasures : the sexual lives of an Amazonian people" Thomas Gregor.
"Lo que no cuenta la antropología" Sophie Caratini.
"Los muria y su ghotul" Verrier Elwin.
http://www.dailymail.co.uk/news/article-2174389/Cambodian-fathers-build-sex-huts-13-year-old-daughters.html

domingo, 16 de marzo de 2014

Economía humanas vs economía del mercado.

"Uno debe pagar sus deudas". La razón por la que esta frase es tan poderosa es que no se trata de una declaración económica: es una declaración moral." 
David Graeber, antropólogo

"Con los regalos se hacen esclavos, y con los látigos, perros." Proverbio inuit.

Extractos adaptados de: 'En deuda. Una historia alternativa de la economía', del antropólogo David Graeber.

Los antropólogos saben bastante acerca de cómo funcionaban y funcionan las
economías sin Estado. Hay innumerables estudios de, por poner un ejemplo, el empleo de ganado como dinero en el sur de o el este de África, de conchas de moneda en las Américas (el wampum iroqués es el ejemplo más famoso) o en Papúa Nueva Guinea, dinero-cuentas, dinero-plumas (de Salomón), anillos de hierro, cauríes, conchas de espóndilo, barras de bronce o cabezas de pájaros carpinteros. La razón por la que los economistas ignoran este tipo de literatura es porque apenas se emplean "monedas primitivas" para comprar y vender objetos cotidianos como pollos, huevos, zapatos o patatas. Para lo que se utilizan es para arreglar las relaciones entre las personas, para crear, mantener y reorganizar relaciones entre personas: para solventar disputas, acordar matrimonios, establecer la paternidad de hijos, consolar a los parientes en un funeral, adquirir seguidores... Hay muchas razones para creer que nuestro dinero comenzó de la misma manera, e incluso el verbo inglés "to pay" proviene de "calmar, pacificar". Pero históricamente, nuestras economías comerciales o de mercado son relativamente recientes.

También es significativo qué tipo de objetos se utilizaban como moneda. La tela de rafia que utilizaban los lele se empleaba para la ropa, las barras de sándalo como cosmético, cuentas, conchas, plumas, dientes de perro o de ballena, oro y plata son objetos muy conocidos de esto... Eran, pues, materiales empleados para cambiar la apariencia física de la gente, para presentarlos como maduros, decentes, atractivos y dignos ante sus iguales. Eran lo que convertía a un mero cuerpo desnudo en un adecuado ser social. Hay excepciones (el ganado, por ejemplo) pero por norma general sólo cuando los gobiernos (y con ellos, los mercados) entran en escena comenzamos a ver monedas como la cebada, el queso, el tabaco o la sal. 

En definitiva, en las economías humanas, las "monedas" son sociales porque se emplean para subrayar toda visita, toda promesa, todo momento importante en la vida de un hombre o una mujer. Eran muy importantes, tanto que se puede decir que la vida social giraba en torno a su posesión y disponibilidad. He decidido referirme a ellas como "monedas sociales" y a las economías que empleaban como "economías humanas", basados principalmente no en la acumulación de riquezas, sino en la creación, redistribución y destrucción de los seres humanos.

Peter Freuchen cuenta como, un día al regresar hambriento de una infructuosa
expedición de caza, un cazador inuit que sí había tenido éxito le dió varios kilos de carne. Él se lo agradeció, pero el hombre indignado, le dijo:

"En nuestro país somos humanos! Y como somos humanos nos ayudamos. No nos gusta que nos den las gracias por eso. Lo que hoy consigo yo puede que mañana lo obtengas tú. Por aquí decimos que con los regalos se hacen esclavos, y con los látigos, perros."

En lugar de considerarse humano porque podía hacer cálculos económicos, el cazador insistía en que ser verdaderamente humano implicaba negarse a hacer esos cálculos, rechazando medir o calcular quién debía qué a quién, precisamente porque hacerlo crearía inevitablemente un mundo en el que compararíamos "poder con poder, midiendo, calculando" y reduciendo a los demás a la condición de esclavos o perros mediante la deuda.

De igual manera, en las economías humanas, se vuelven suspicaces de todo aquello que pueda hacer que un miembro de la sociedad se vuelva en deuda con otro. Cualquiera que haga ostentación de sus méritos se verá convertido en objeto de burlas.

"Alguna gente no sabe mucho. Soy mal cazador, y mi mujer es tan mala cocinera que lo arruina todo. No tengo mucho, pero creo que hay un corte de carne afuera. Aún debe estar allí, porque los perros lo han rechazado varias veces."

A la manera de jactarse a la inversa de los inuit, era un elogio tan bueno que las bocas de todos comenzaron a hacerse agua.

¿Y qué hay de las economías de mercado?

Hombres como Adam Smith y Jeremy Bentham eran idealistas, partidarios de
una utopía. Crearon una imagen de un mundo imaginario casi completamente libre de deuda y crédito y, por tanto, de deuda y pecado; un mundo en el que hombres y mujeres eran libres de sencillamente, calcular sus intereses sabiendo que todo había sido dispuesto por Dios para el bien común. El problema es que, una vez creadas estas utopías, tendemos a tratarlas como realidades objetivas, e incluso, arrodillarnos ante ellos y tratarlos como a dioses. "¡Debemos obedecer a los dictados del mercado!" Si permitimos que algunas personas controlen el capital productivo, dejando nuevamente a otros sin nada que vender excepto sus cerebros y cuerpo, el resultado será indistinguible de la esclavitud, y el sistema completo acabará destruyéndose a si mismo. 

Porque el mercado suele estar lleno de paradojas, porque requiere fundar las relaciones del mercado en algo más que el frío cálculo: en los códigos de honor, confianza y, en definitiva, ayuda y cooperación comunitarias típicas de las economías humanas.

La novelista canadiense Margarte Atwood comienza un reciente libro acerca de la deuda con una paradoja:

"El escritor y naturalista Ernest Thompson Seton recibió una inusual factura el día que cumplió veintiún años. Se trataba de un registro que su padre había mantenido de todos los gastos relacionados con la infancia y la juventud de Ernest, incluyendo la factura emitida por el doctor por su parto. Más inusual es que, según se dice, Ernest pagó la deuda. Yo solía pensar que el señor Seton era un imbécil, pero ahora albergo dudas"

Los choques culturales ocurren cuando estas dos economías, la humana y la del mercado, se encuentran.
Los misioneros que trabajan en ciertas partes de África quedaban a menudo sorprendidos por las reacciones de aquellos a quienes administraban medicinas. He aquí un ejemplo típico de un misionero británico en el Congo:

"Al día o dos de llegar a Vana hallamos a un nativo gravemente enfermo de neumonía. Comber lo trató y lo mantuvo vivo a base de una fuerte sopa de gallina; se le brindaron  atentos y numerosos cuidados en cada visita. El hombre ya estaba curado para cuando nosotros debíamos reemprender el viaje. Para nuestra sorpresa, vino a pedirnos un regalo, y cuando rechazamos dárselo se quedó tan sorprendido y disgustado como nosotros. Le sugerimos que era él el que debía hacernos un regalo en señal de agradecimiento. Nos respondió: "Desde luego los blancos no tenéis vergüenza!" contaba un misionero británico llamado W.H. Beatley, en el Congo.

Lucien Lévy-Bruhl compiló una lista de historias similares. Por ejemplo, un hombre salvado de morir ahogado que procedió a pedir ropas bonitas a su rescatador, u otro que al sanar pidió un cuchillo. Quizás, para los pacientes indígenas de las economías humanas, pagarles a cambio sería como el gesto de Seton hacia su padre, un insulto: una manera de decirle que, aunque le ha salvado la vida, no quiere saber nada más de él.

Porque el intercambio nos permite cancelar nuestras deudas. Nos ofrece una manera de quedar en paz, de acabar con la relación. Por eso, uno puede preferir no cancelar las deudas con los vecinos. Laura Bohannan describe su llegada a una comunidad tiv, en en la Nigeria rural: las vecinas comenzaron a llegar inmediatamente con pequeños regalos: "dos mazorcas de maíz, un calabacín, un pollo, cinco tomates, un puñado de cacahuetes..." Dos mujeres la adoptaron y le explicaron que todos aquellos regalos, efectivamente, tenía que devolverlos. Se les podía llevar algo de un valor similar. Uno podía incluso llevar dinero (no había nada de malo en ello) siempre que lo hiciera pasado un cierto tiempo y que no llevase el precio exacto de los huevos, porque podría sigificar que ya no se quería tener nada que ver con la vecina. Las mujeres tiv se pasaban gran parte del día caminando kilómetros hacia casas distantes para devolver un manojo de ocra, o un puñado de monedas" en un interminable círculo de regalos en el que nadie devolvía el valor preciso de lo último que se le había prestado"

Pierre Bourdieu ha descrito a los bereberes de cabileños de Argelia y como el intercambio de regalos es a la vez un honor y una provocación. Responder a uno requiere infinita maestría. Calcular el tiempo es de la máxima importancia. También que el regalo a devolver sea suficientemente diferente pero también ligeramente más importante. También hay una historia indonesia acerca de esto: acerca de un hombre rico que sacrificó un buey para humillar a un hombre pobre; éste lo acabó humillando por completo, limitándose a sacrificar, tranquilamente, una gallina.

Una vez convocaron a Nasrudín a comparecer ante el rey. Un vecino lo vio afanándose con prisas por la calle, con un saco lleno de nabos.
“¿Para qué son?”, le preguntó.
“Me han convocado ante el rey. Pensé que sería mejor aparecer con algún regalo.”
“¿Y le llevas nabos? ¡Los nabos son comida de campesino! ¡Es un rey! Deberías llevarle algo más apropiado, como uvas.”
Nasrudín estuvo de acuerdo, y acudió ante el rey con un racimo de uvas. Al rey no le hizo gracia. 
“¿Me traes uvas? ¡Pero si soy un rey! ¡Esto es ridículo! Llevaos a este idiota y enseñadle modales. Arrojadle todas y cada una de sus uvas y luego echadlo del palacio.”
Los guardias del rey se llevaron a Nasrudín a una sala del castillo, donde empezaron a apedrearlo con sus uvas. Mientras lo hacían, él cayó de rodillas y comenzó a gritar: “¡Gracias, gracias, Dios, por tu infinita piedad!”.
“¿Por qué das gracias a Dios?”, le preguntaron. “¡Te estamos humillando!”
Nasrudín replicó: “Oh, sólo estaba pensando:¡gracias a Dios que no traje los nabos!”.

domingo, 2 de marzo de 2014

Mujer y antropología: Citas e Índice de entradas.


 Aquí va un índice de temas y citas sobre el tema de la(s) mujer(es) de este blog. 

Linkeando el título se accede a cada entrada del mismo.

Espero que os resulte interesante! 
 
Un abrazo.








Link: ¡Mujeres blancas, escuchad!: feminismo negro. 

“Las mujeres blancas que se dedican a publicar ensayos y libros sobre cómo “desaprender el racismo” continúan teniendo una actitud paternalista y condescendiente cuando se relacionan con mujeres negras (...). Nos convierten en el “objeto” de su discurso privilegiado sobre la raza. Como “objetos” continuamos siendo diferentes, inferiores” 
bell hooks.





"Decir que las mujeres chinas están avanzadas o están retrasadas realmente no significa nada; la verdadera necesidad es poner atención a las experiencias de vida y la historia de las mujeres chinas" Shu-mei Shih, académica.

"Las feministas occidentales deberían ampliar sus áreas de interés e ir más allá del modelo de opresión masculina de la mujer." Yenna Wu, académica
.



Link: Feminismo indígena, comunitario, decolonial: feminismo latinoamericano. 

 “Las zapatistas nos están dando un ejemplo, una esperanza, pero sobre todo un norte para encontrar alternativas”. Mercedes Olivera.


 
Link: Palabra de gitana: Feminismo Gitano.



“Hay muchos estereotipos que romper, mucha mitología y una tendencia de las payas europeas a considerar que son el modelo, las únicas liberadas. Nuestras dinámicas son diferentes, queremos emanciparnos a nuestra manera. ¿por qué no puede existir la diversidad?” Rosa Jiménez, directora de la asociación Sim Romí.

Link: Mujer Aborigen: generación, género y acción robada.

"Las feministas blancas siguen negando sus privilegios como mujeres blancas. Eligen para discutir el racismo desde la distancia, excluyendo a sí mismas de la discusión." Aileen Moreton-Robinson.
 



"Nunca me dijeron que un príncipe me haría feliz. Me decían que yo misma podría encontrar la felicidad si me esforzaba lo suficiente." Fatima Mernissi.


Link: El hiyab de las mujeres de occidente: la talla 38.

A diferencia del hombre musulmán, que establece su dominación por medio del uso del espacio (excluyendo a la mujer de la arena pública), el occidental manipula el tiempo y la luz. Este último afirma que una mujer es bella sólo cuando aparenta tener catorce años. (...) Fatema Mernissi, socióloga.

"El sometimiento a regímenes alimenticios es el sedante político más potente de la historia de las mujeres: una población silenciosamente trastornada es una población muy fácil de manejar" Naomi Wolf.



Link: El velo de la razón: Nawal Al Saadaw. 

"La mujer es víctima del mercado. Tanto cubrirse como desnudarse son cosas del mercado, no manan del libre albedrío. El problema es el velo de la razón. La mujer no es una cosa a la que hay que ponerle artilugios para que parezca más joven"

Nawal Al Saadaw, escritora, médico y luchadora por la igualdad.

Link: Cuentos que curan: las mujeres bereber.


"Durante siglos, las mujeres bereberes suelen encontrarse todas las noches de luna mora para contarse historias transmitidas de generaciones a generaciones y, siempre, secretamente hacia los hombres." 
Hammú Mahomed, antropólogo cuentacuentos bereber.




Link: Mala mujer: las trabajadoras sexuales.

"Yo dignifico cualquier trabajo que haga. Ningún trabajo me dignifica a mi" Margarita Carreras, trabajadora sexual. 




"Me siento diferente a mis compañeras. Unicamente piensan en encontrar un hombre y casarse, algo que no puedo comprender." Ru Geshina, mujer mosuo (Tibet)

"El patriarcado es una sociedad basada en el miedo, donde las reglas solo las dicta el hombre. Por lo tanto, no es equilibrada"
Russell Means (Lakota)

Las mujeres han de exigir primero su derecho. El respeto vendrá después.” Rebecca Lolosoli, de Umoja (Kenia)


La Aldea Umoja: aldea de mujeres.
La tribu Mosuo: bajo las leyes del matriarcado.
La nación india de Lakota: el patriarcado es miedo.




"La sociedad saharaui es matriarcal. Aquí somos las mujeres las que organizamos la vida, las que mantenemos unida a la comunidad". Maima Mahamud, Secretaria de Estado de Asuntos Sociales y Promoción de la Mujer del Frente Polisario.

"Estas películas hindi, plena de las mujeres, golpes, peleas de la dote y todo eso, están afectando a nuestros valores. Nuestros hombres están cada vez más molestos," Roshan Wajri, legislador de la promoción de la mujer de la asamblea estatal. 

Las mujeres saharauis: hijas de la esperanza. 
Las mujeres de Meghalaya: construyendo puentes de raíces.




"Debemos establecer relaciones de hermanas desde la juventud y comunicarnos a través de la escritura secreta". Documento en Nushu.


"El amor aparece primero en el corazón de la mujer. Una vez está en la mujer, sólo entonces puede saltar al corazón del hombre". Nananghe. Orango Grande.


"Dicen que en la fiesta todito se ha de quemar. Para el que haga su manda por la pasión de Soledad."
Cumbia del mole, Lila Downs.

Cuidando a través del lenguaje: el nushu (escritura de mujeres). 
Cuidando a través del amor: Orango Grande. 
Cuidando a través de la redistribución: Juchitan.




 "Anular el matriarcado basándose en que las mujeres no gobiernan, a pesar del hecho de que ellas juegan un papel central en otros aspectos, siempre me ha sonado a androcéntrico, rozando la misoginia." 
Peggy Reeves Sanday, antropóloga.






"¿Por qué un hombre mata a su pareja? Pues está claro. La culpa es de ella porque provoca"





 "En los últimos cinco años en los que investigué la violencia doméstica, he podido concluir que las víctimas son un precio que hay que pagar por sostener un modelo de vida, y por eso no hay una intención real por parte de las instituciones para afrontar y solucionarlo" 
Javier Ortega Cañavate, autor de "La soledad de Mae: una investigación antropológica sobre la violencia doméstica"







  "La mujer trabajadora está regresando lentamente a la fuerza de trabajo y cerrando la brecha entre hombres y mujeres en términos de poder económicos, salud y educación. Y digo regresando porque esto no es nuevo. Estamos avanzando hacia el pasado." Helen Fisher.



Link: La muerte infantil sin llanto: la leche en polvo de papá Nestlé.

"Lo que se les ha quitado a estas mujeres es su creencia en su capacidad de dar: "no tenemos nada que dar a nuestros hijos". Y así se cierra el ciclo de la dependencia económica. De la tierra autónoma al supermercado y del pecho autónomo a la leche en polvo enlatado: la estafa es total. Y sus consecuencias son mortales, ni más ni menos." Nancy Scheper-Hughes.


Link: La sexualidad igualitaria: las Islas Trobiand.


"El sexo prematrimonial sigue siendo una parte idílica de estilo de vida de los isleños trobiandeses" Eric Lafforgue, fotógrafo.
Link: Las mujeres que no amaban a los hombres: el biocentrismo (II)


"Mi vida era como la de un perro. No tuve otra opción que convertirme en un hombre."
Drane Markgjoni, albanesa.


Link: Las brujas y el capitalismo: la caza de brujas del siglo XXI


  “Existen muchas medidas en todo el mundo que se están tomando para retomar el control sobre las mujeres. El sistema lo que busca es controlar y decidir dónde, cuándo y con qué perfil nacerá su nueva mano de obra”
Silvia Federici, historiadora, activista, escritora.





“Cuando las mujeres se dieron cuenta de que podían levantar sus propias casas, supieron que iban a poder con muchas otras cosas” Donnah Kamashazi de UNIFEM.

“Aquí estamos sentadas hutus y tutsis, nos sentimos ruandesas, queremos salir de la pobreza y trabajar por el futuro de nuestros hijos”, añade Hanina.




"Muchas mujeres le dieron todo a la guerra y era importante reconocer su sacrificio". "Cada mujer tiene el derecho a ser una esposa y madre, y si no puede encontrar marido, ella aún debería tener el derecho a su propio hijo". Tran Thi Ngoi, directora del grupo gubernamental Unión de Mujeres.

"Mis amigos me aconsejaron el "xin con" (pedir un/a hijo/a) y cuando se enteraron de que estaba embarazada me felicitaron por tener un "cho nuon tua" (alguien en quien apoyarse)" Quynh, mujer vietnamita.





"La mutilación genital femenina es un tema tremendamente mal tratado. Una de las experiencias que más me ha marcado fue el encuentro con una mujer africana que me dijo: “Yo no soy una criminal, yo quiero a mi hija”. Cuestionamos hasta la forma de querer a sus hijos." Adriana Kaplan, antropóloga.

 



"La cadena de montaje empieza en la cocina, en el lavabo, en nuestros cuerpos." Silvia Federici, historiadora.

"La economía ya no es producir valor ni satisfacer necesidades. Economía es dinero y dinero es economía, no hay más." Amaia Perez Orozco, economista.

"Un Estado de bienestar que crea un modelo económico que ignora las dinámicas naturales y la equidad entre personas es engañoso." Yayo Herrero, antropóloga y educadora.



 
“El problema es que se trata de actividades que siempre se han minusvalorado y englobado en el depreciado concepto de doméstico. Tradicionalmente, se ha considerado que no requieren ningún tipo de tecnología, experiencia o conocimientos para su desarrollo. No obstante, se convierten en fundamentales para cualquier sociedad, independientemente de cuál sea su modo de subsistencia” Margarita Sánchez Romero, arqueóloga.



"Creo que me cuesta ser consciente de los espacios que me niego. Lo tengo tan asimilado (por ejemplo pasear por la playa de noche sola) que me resulta dificil mencionarlo aquí. Recuerdo que Simone de Beauvoir comentaba que para ser un artista como Van Gogh o cualquier otro hombre y artista, las mujeres deberíamos tener la libertad de movimiento que los hombres han tenido" Mariasun Landa, escritora.



 

"En una violación sexual pasa poco y nada de lo que se imagina vulgarmente. Son muy pocas las ocasiones en las que un desconocido sale de las sombras en un callejón sombrío y ataca a una mujer (...). 
Igualmente inusuales son las violaciones en las que la mujer atacada ofrece la resistencia heroica que, hasta hace poco tiempo, solían demandarle los códigos penales. 
Tan inusuales como aquellas en que la víctima queda reducida a una cosa inerte, ya sea por el miedo o por una supuesta condición pasiva forjada en siglos de sometimiento a la dictadura patriarcal. ¿Qué diferencia, entonces, una violación sexual de cualquier otra relación sexual?" Inés Hercovich, socióloga y psicóloga social.




"No existe un mandato biológico o evolutivo que haga que a sólo a las mujeres les importen los bebés y muestren más emociones, o que los hombres sean mejores en la economía y la política y prefieran las cervezas (…). Es la fuerza de los mitos sociales sobre los sexos."  Agustín Fuentes, antropólogo.
 

 "En todas las sociedades las mujeres dan a luz, pero este hecho no merece siempre idéntico reconocimiento" Henrietta Moore, antropóloga.

"Para escapar de la lógica de los "pechos que darán leche" hay que llegar a formas de aprendizaje cultural más sofisticadas".
 Margaret Mead, antropóloga.

Link: Cuerpo propio, cuerpo político: el aborto.
"Los intentos de desmotivar la contracepción, el aborto, y otros modernos controles reproductivos preparto, pueden aumentar involuntariamente la dependencia de prácticas homicidas postpartum." Marvin Harris, antropólogo.

Link:  El amor romántico: el amor patriarcal.
"El sujeto simbólico del amor en diversas culturas y épocas ha sido el hombre. La mujer es la cautiva del amor." Marcela Lagarde, antropóloga.





"Mientras ella está de parto, el marido huichol se sienta en las vigas situadas sobre su cabeza con una cuerda atada a los testículos. Cada vez que tiene una contracción, la parturienta tira de la cuerda. Al final, el marido siente tanta alegría por el nacimiento del niño como la mujer." 


Link: Cuando las mujeres mandan: la mujer guerrera.

"Una multitud de mujeres aporreando su choza podía despertarle en medio de la noche. Las mujeres bailaban danzas indecentes, entonaban canciones en las que se burlaban de su virilidad y utilizaban el patio de su casa como letrina hasta que éste prometiese enmendarse. A esto lo llamaban «sentarse sobre un hombre » Marvin Harris, antropólogo.